«El mejor científico está abierto a la experiencia
y empieza con el romance,
la idea de que todo es posible».
Ray Bradbury
Fabiola Silva Araujo, será la embajadora del Thomas Jefferson School, de la región del Bío Bío y claro está, la representante de Chile para el mundo, junto a su par de la V Región, Francisca Abdo Arias, desde el 27 de junio, cuando embarquen a Norteamérica.
Y así… de repente… estaba inmersa entre tantos pensamientos de corte científico definiendo la dirección de un camino, un camino que hacía poco tiempo no se veía tan claro, por supuesto, era de esperarse, su vocación la había elegido.
Esa vocación derrumbó indecisiones y dudas, pero más importante aún, trajo a la superficie, el rumbo que a ciencia cierta quiere seguir.
Tras aquella primera experiencia científica, Fabiola le dio a su perseverancia un norte y esa perseverancia, la condujo de un evento a otro, de una conquista a otra, hasta llegar hoy al Campamento Nacional Juvenil de Ciencias 2018 en Virginia Occidental, Estados Unidos.
Y aunque bien pudiéramos continuar hablando de sus aptitudes y méritos, ¡quién mejor que ella misma para hacerlo!
¿Cómo sientes que fue esa conexión con la ciencia?
“Fue hace muy poco tiempo, aproximadamente en 2° medio, siempre me habían interesado tanto las áreas humanistas como las científicas, pero aún no tenía un enfoque especifico que definiera todo.
Entonces ese año, unas compañeras del Colegio participaron en la Feria Antártica con un submarino y a su regreso, nos contaron su experiencia y como terminó gustándole aún más la ciencia.
Como yo no sabía que corriente me gustaba más, decidí probar con esto, pero como además era muy curiosa y me gustan los desafíos, me propuse llegar a la FAE ese año… y llegué a la FAE.
Estando allí en la Feria Antártica, descubrí que había muchos niños a los que también les gustaba la ciencia, que eran muy apasionados y me gustó ser más apasionada, igual a ellos, me propuse participar en todas las cosas que pudiera encontrar de carácter científico y eso es lo que hice todo el año pasado”.
¿Cómo ha sido tu evolución científica, desde tu descubrimiento?
“Creo que fueron puertas que se abrieron casi de un día para otro, porque antes no sabía de la existencia de todas estás competencias, no sabía que existían tantos niños enamorados de la ciencia.
Uno cree que justamente la mayoría de nosotros se dedica a jugar videojuegos, a estar en los computadores, pero lo cierto es que también hay otros niños que ven los computadores, ven los videojuegos y quieren ser los que programan esas cosas o los que logran algo nuevo”.
¿Cómo crees que ha sido la contribución del Thomas Jefferson a tu punto de vista sobre la ciencia?
“En cuanto a lo que es conocimiento, nos han preparado bien, porque en esta feria uno debe tener un conocimiento general de la ciencia, no solo áreas específicas, yo creo que en ese sentido ha sido muy buena su contribución.
Y también lo que nos ha aportado por ejemplo los ramos ancla (plan electivo) que tenemos en 3° medio, porque nos han permitido desarrollarnos en áreas como la mía, que es un poco humanista, esto me permite presentar mejor en las competencias, o también en la metodología de la investigación que nos enseñaron cómo hacer informes de mejor manera. Entonces, eso nos ayuda también a participar en este tipo de competencia”.
¿De la feria antártica que nos puedes contar?
“La Feria Antártica fue mi primera experiencia científica de ese tipo, nunca había ido antes a una así, eran aproximadamente 600 personas de Chile que participaron en equipos, el enfoque de la feria antártica desde el año pasado fue muy colaborativo para que participaran dos colegios con un proyecto y no sólo uno.
Entonces era algo muy nuevo, que te incentivaba a conocer más gente, por supuesto una vez allá, uno tiene la experiencia de viajar y verdaderamente fue muy bonito.
También el hecho de poder exponer tus ideas a gente que son científicos y que realmente conocen mucho del tema, igual es algo muy divertido porque se generan debates científicos que vale la pena presenciar”.
¿Cómo te consideras tú hoy, en comparación a la de ayer? ¡Cuando digo ayer me refiero al pasado de todo esto! ¿tú te veías, te visualizabas en un plano científico o en un plano más humanista?
“Yo me visualizaba más en un plano humanista y aun me gusta ese camino, pero con el mundo científico vi que hay partes humanistas que están dentro de la ciencia, por ejemplo; la divulgación científica y esto algo mucho más específico que me llamó bastante la atención gracias a estas competencias.
También por ejemplo el hecho de formar líderes en ciencias son cosas que se me han inculcado a través de estas competencias, esa visión de lograr algo nuevo, de hacer un cambio través de la ciencia, o impulsar a otros a la ciencia e incluso llegar más lejos, cómo internacionalmente y es como el mayor cambio de pensamiento”.
¿Cómo están tus expectativas con el campamento Virginia del Norte EE. UU…?
“Están muy altas porque me siento muy, muy emocionada y la verdad, no sé exactamente qué vamos a hacer, en ese sentido, voy casi a la sorpresa, porque no te dicen qué vas hacer, juegan mucho con el factor sorpresa, entonces eso te aumenta aún más las emociones.
Es lo que conozco por la gente que ha ido, cómo Nicolás Sepúlveda Estrada (Egresado TSJ Estudiante de Ingeniería en la Universidad de Concepción), segura estoy que va a ser una experiencia muy bonita y por lo del intercambio con otros científicos, realmente uno vuelve con otra mentalidad, cuando uno vuelve quiere hacer ciencia y quiere que otros se motiven también a hacer ciencia y ese sentimiento es muy bueno”.
¿A corto y mediano plazo como te ves…?
“Siento que me va a pasar algo muy parecido a lo que viví en el campamento anterior (Bayer en Huilo Huilo), hice lazos muy fuertes con mucha gente, porque realmente uno aprende que los equipos allá son tan buenos, porque todos están motivados a trabajar, todos están inspirados a adquirir más conocimientos y eso nos ofrece un extra.
Esos intereses en común realmente producen uno de los mejores trabajos de hecho, porque todos están dispuestos al trabajo en equipo y genera un ambiente muy de conocimiento, pero al mismo tiempo muy de fraternidad, cuando vuelva creo que va a pasar lo mismo, quiero seguir haciendo ciencia.
Probablemente me guie más por un camino específico en este caso, porque es más amplio el campamento”
¿Cómo es Fabiola fuera del ambiente académico?
“Cuando llego a mi casa, me encanta tocar piano porque encuentro que es algo que me relaja y también es un desafío porque poco a poco voy aprendiendo cosas que son más y más difíciles.
Es leer un lenguaje que no todos conocen, me gusta ese sentimiento, uno puede tocar piezas más rápidas, más alegres, más tristes, eso te ayuda a expresarte de otra manera, por su parte también ejecuto el violín, para mi representa un desafío porque exige mucho más de tu cuerpo, pero lo estoy haciendo.
Fuera del ambiente estudiantil también me gusta leer ficción y escribir historias”.
¿Qué escritores han influenciado tu forma de escribir?
“Ray Bradbury de Fahrenheit 451, diré que me gusta mucho ese estilo, porque a pesar de que no es tan descriptivo, le da mucho enfoque a los personajes, mucho enfoque a los diálogos pero al mismo tiempo no dejaba de mostrar el mundo que había creado, y yo creo que ese estilo de ocupar mucho diálogo y desarrollar a la misma vez, a través de ello el mundo que creó, es un estilo que me gusta.
¿Qué compositores te gustan más para ejecutar?
“Me gusta mucho Vivaldi, porque sus melodías se parecen, entonces en ese sentido es mucho más fácil, pero al mismo tiempo son detalles, los que van distinguiendo sus canciones entre sí, fijarme en esos detalles que son como específicos y pequeños, eso me gusta al momento de tocar”.
Entre acordes de Vivaldi y las líneas de Bradbury se recrean sus ideas, esas ideas que se abren paso para construir poco a poco, una firme pero tantas veces soñada realidad para su futuro, que, desde ya, promete mucho.
La curiosidad, fuerza natural de la ciencia colocó en ella su simiente y está germinando veloz y estupendamente, a la velocidad de su determinación y al ritmo que marca su constancia, varios concursos de ciencias y una calificación de 109 puntos en la prueba TOEFL hablan de su disposición a vencer retos, alcanzar metas y esto sin duda es el mejor augurio de su porvenir.
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